lunes, 12 de marzo de 2007

Esfuerzo


Gracias Cheo, nuevamente me enseñas la vida sin palabras. Tus imagenes exquisitas dejan poco a la especulación y muchas respuestas ante tantas incertidumbres. Me fascina aprender a ver la luz cada vez de manera distinta. Me emociona tu rapidez para entender el mundo, tu facilidad para aceptarnos a nosotros, tus amigos, con nuestra maletica de errores y defectos.
Probablemente sí, su mamá le dio un coco y así se enamoró de la naturaleza, de esa madre natura que nos recuerda por ratos la fragilidad que hay en la vida.
Que bendición Cheo, tener la experiencia de conocerte, de disfrutar de ese arte hay en ti.